Hace poco aprendí que las personas con dislexia experimentan dificultades para procesar información en el lado izquierdo de su cerebro, que se encarga de tareas como el lenguaje, la lectura, la escritura, las matemáticas y la memoria. Debido a estos desafíos, las personas con dislexia a menudo dependen más del lado derecho de su cerebro, que es responsable de almacenar memorias visuales y fotográficas. Esto explica por qué el texto aburrido y en blanco y negro puede resultar tan difícil de descifrar para las personas con dislexia: ¡están usando la herramienta incorrecta para el trabajo! Por lo que en mi caso, con mi alumnado con dislexia, podemos facilitar algunas explicaciones usando medios visuales y que a su vez, facilite el aprendizaje para el resto de los alumnos que es la esencia del DUA (Diseño Universal para el Aprendizaje).